domingo, 13 de noviembre de 2016

Morite de amor, cagón.

Antes de decir que no, pensá que algún día te vas a morir. 
Sí, te vas a morir.

Metete al mar, despeinate... que la sal te endurezca 
el pelo y la piel,
 que te despinte. Metete de día, 
de noche... que una ola gigante te lleve a pasear y
 la arena se te meta en los calzones. Que el "toples"
 sea por la fuerza del agua, menos sexy y más divertido. 
Cagate mucho de risa, enterrate en la arena, 
hacé un castillito... 
sí, estás peludo, pero las ganas de hacer 
un castillito no se van jamás.

Tirate en paracaídas que tenés más probabilidades de morirte 
entrando el auto a la cochera de tu casa, cruzando la avenida 
apurado para ir a laburar, o de un ataque al corazón post- estrés, 
post- chatarra, post- depresión. Acostate con tu perro 
y llenate la ropa de pelos, escuchá su corazón...
 ese sí que late por vos.

Juntate con tus amigos aunque no tengas un puto peso.
 Siempre hay un paquete de arroz por ahí, o unas criollitas. 
Juntate con ellos y meate de risa y si los ves con el celular,
 tiraselos por la cabeza. 
Putealos, que están ahí con vos...
 el resto puede esperar. Coman el asado, vayan a la montaña,
 ponganse en terlipes en el medio de la calle. Sólo para reír. 
La amistad sana y no hay antidepresivo que le toque los talones.

Viajá. Ahorrá y viajá. Quizás cuando termines de pagar la
 ropa que te estás comprando ya la hayas dejado de usar. 
Quizás cuando termines de pagarte tu casa
 se haya llevado la deuda...
 toda tu energía. Quizás cuando termines de pagarte 
el auto te hayas acostumbrado a caminar.
 Quizás cuando termines de pagar el microondas te des cuenta 
de que como calentar en el horno no hay. 
El somnier extra súper archi 
blah blah "King" puede esperar, 
mejor una garrafita para la montaña.
 Escuchame pendejx, viajá.

Viajá, viajá para enriquecer el alma. Conocé gente, 
culturas, idiomas.
 Viajá para ver y escuchar que el amor en todos 
lados tiene la misma lengua
. Viajá, tirate al pasto. Vaciá cuarenta y 
cinco termos de 
"meta mate y charla" y que te quede la lengua 
verde de chupar 
la bombilla mientras guardás las fotos de ese 
paisaje en tu cabeza. 
Y si no hay guita, andate igual. Andate abajo de una planta. 
Tres frazadas, fideos blancos y nada más.

Escuchá, escuchá a tus viejos. Preguntales todo lo que no sabés,
 todo lo que pasó. Cuántas veces amaron y cuántas perdieron un amor.
 Preguntales que querían ser de grandes cuando eran chicos. 
Preguntales porqué carajos no lo hacen si están vivos.
 Hablá, hablá con ellos que te escuchan hasta en silencio. 
Deciles que los querés y metete el orgullo
 post-moderno liberal de "todo me chupa un huevo" en el culo.
 Porque ellos también se van a morir.
 Abrazalos como si fuera la última vez... 
que ni las velas de cumpleaños, ni las estrellas fugaces,
 ni las vaquitas de San Antonio tienen el poder 
de conceder la inmortalidad.

Decilo todo. Decilo, escribilo, transmití. 
Sacate la vergüenza de las venas.
 Decile que la querés, decile que lo amás.
 Metele un beso para que no se olvide más. 
Decile que te dormís y te levantás pensándolo/la.
 Decile, decile todo lo que se te cruce por el bocho. 
Sé asquerosamente romántico/a. Empachate. Dejá de hacerte
 el/la durx que todos bien sabemos lo que siente 
el otro. Así que... decilo.
 ¿Qué podés perder?
 Decile lo que te gusta, lo que te enloquece, lo que te excita.
Dejá de sobarle la espalda a la tristeza y abrazala, 
abrazala fuerte y que se vaya un tiempo
 para volver fresquita como una lechuga y así...
 la volves a abrazar.

Antes de tener hijos... sé un niño, sé un niño todo
 el tiempo que más puedas.
 Dormí, salí, reíte, comé chocolates y gomitas y reíte. 
Fulminá tu juventud... antes de envejecer. 
Y cuando te pongas viejo,
 contale a la generación entrante... qué 
significa cada una de tus arrugas. 
No les dejes tu cuerpo gris, dejales tus ganas de vivir.
 Dale viejo, dejalos que jueguen a la pelota en la siesta
 ¿Te acordás cuando jugabas a la pelota en la siesta? 
Dale, no llames a la policía. 
Comprate un paquete de bombitas y cuando te toquen 
el timbre mojalos también.
 Dale viejo, viejo las pelotas. 
Sí, viejas las pelotas pero sangre en el pecho.
 No fué hace tanto viejo, acordate y reíte con ellos... 
antes de decir que no.

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